El Colegio Oficial de Físicos ante la normativa de certificación energética en edificios

Durante los últimos meses los presidentes del Colegio Oficial de Físicos y de la Real Sociedad Española de Física vienen mantenido reuniones con representantes de los ministerios de Fomento; de Economía y Competitividad; de Industria, Energía y Turismo (que es el departamento ministerial al que formalmente corresponde al Colegio Oficial de Físicos relacionarse con la administración estatal); y de la Comisión Nacional de la Competencia en relación con el contenido del Real Decreto de eficiencia energética en edificios.

Según el Real Decreto 235/2013, de 5 de abril, por el que se aprueba el procedimiento básico para la certificación de la eficiencia energética de los edificios (publicado en el Boletín Oficial del Estado, n.º 89 de 13-4-2013), este tipo de certificaciones son obligatorias para edificios de nueva construcción o edificios que se vendan o alquilen a un nuevo arrendatario, por lo que se estima que generará una gran demanda de técnicos en los próximos años.

En los mencionados encuentros se ha puesto de manifiesto ante la administración el estupor causado en el entorno de nuestra profesión debido a que los físicos no son considerados técnicos competentes para estos trabajos según este Real Decreto. Esta función es asignada a las profesiones de arquitecto, arquitecto técnico, ingeniero o ingeniero técnico –con las atribuciones respectivas que les otorga la Ley de Ordenación de la Edificación–, si bien en la disposición adicional cuarta («Otros técnicos habilitados») se deja abierta la posibilidad para que en el futuro se puedan determinar «las cualificaciones profesionales requeridas para suscribir los certificados de eficiencia energética» a cuyos efectos «se tendrá en cuenta la titulación, la formación, la experiencia y la complejidad del proceso de certificación».

A juicio del colegio, y a tenor de las conversaciones mantenidas hasta el momento, la futura ley de Servicios Profesionales condiciona una pronta aplicación de esta ampliación y contribuye a aumentar la incertidumbre al respecto. Se trata de una contradicción si se tiene en cuenta que muchas técnicas de cálculo y toma de datos utilizadas en este tipo de evaluaciones energéticas derivan de investigaciones llevadas a cabo por físicos en centros de I+D como la unidad de Eficiencia Energética en la Edificación del CIEMAT.