Desmintiendo bulos en la Física
Analizamos algunos de los bulos que se extienden en las redes sociales relacionados con la Física.
En tiempos en los que la sobre carga de información es constante, la transmisión de bulos y difusión de mitos son hechos con los que hay que aprender a vivir. En estos casos la herramienta más potente que tenemos para no caer en la desinformación es la Ciencia, y, desde el COFIS, estamos completamente comprometidos con la divulgación científica contextualizada y con fundamento.
Concretamente el campo que nos corresponde, el de la Física, es el de una rama de la Ciencia con uno de los mayores impactos en la cultura popular: desde la concepción más fundamental de la forma que tiene el planeta en el que vivimos hasta el fondo científico sobre el que se apoyan las películas y programas más imaginativos de nuestras televisiones. De hecho, los bulos en la Física han llegado a establecerse sólidamente en la sociedad haciéndonos creer cosas como que una moneda tirada desde un rascacielos podría matar a un peatón, que dos rayos jamás pueden caer en el mismo sitio o que, debido al movimiento de rotación terrestre, el agua gira en dirección distinta dependiendo del hemisferio en el que se encuentre. Ninguna de estas afirmaciones es cierta, pero en este artículo nos centraremos en los bulos más difundidos en las redes en los últimos años.
¿Quién no ha escuchado alguna vez que la implantación de la tecnología 5G conlleva riesgos para el ser humano? En los últimos 4 años, a raíz de la ola de negacionistas que emergieron de la pandemia, se han multiplicado en España las manifestaciones en contra de esta tecnología alegando que representan un peligro a la Salud. Y es que a pesar de que la OMS ha intentado desmentir en varias ocasiones estas afirmaciones con estudios como el de febrero de 2020 que aseguraba que “Tras muchas investigaciones, no se ha detectado ningún efecto adverso para la salud relacionado causalmente con la exposición a tecnologías inalámbricas” la oposición al 5G sigue en auge.
Si volvemos hace más de una década, cuando el 2G entró en nuestras vidas con los mensajes SMS, era difícil pensar que en un periodo relativamente pequeño de tiempo necesitaríamos desarrollar una tecnología que nos permitiera conectar todo tipo de dispositivos a Internet. Pero esa realidad ha llegado, y la conexión 5G nos permite navegar 10 veces más rápido que con la fibra óptica actual, gracias a un aumento de frecuencia que va desde 3.5 GHz hasta unas decenas de GHz. De esta manera, no solo podemos navegar Internet desde los dispositivos usuales, sino también conectar nuestros coches o electrodomésticos y desbloquear así funciones que nos permiten darles nuevos usos.
De la misma manera, se pueden encontrar con una simple búsqueda miles de usuarios de redes sociales que afirman e intentan probar que la llegada a la Luna no fue más que un simple montaje. Esto es, de hecho, una creencia más popular de la que cabría pensar, y es que según algunas encuestas en torno al 25% de la población de Estados Unidos y Reino Unido no cree que el hombre llegara a la Luna, este porcentaje llega a aumentar a más de la mitad de la población en países como Rusia.
Las pruebas que dan los negacionistas para respaldar su opinión son tales como que la bandera, que efectivamente no debería ondear debido a la falta de atmósfera en la Luna, lo hace (aunque realmente no se aprecia que ondee) y que las estrellas no son visibles en el fondo de la imagen compartida por la NASA, que es así por la alta reflectividad de la superficie lunar y el corto tiempo de exposición utilizado para la grabación (igual que sucede en muchas imágenes de la ISS). Por otra parte, existen los usuarios que afirman que las sombras de los astronautas sobre la Luna no son paralelas, aunque esto se trata de una simple cuestión de perspectiva. Incluso, si la preocupación por la veracidad de las imágenes consiste en decir que el alunizaje no levantó el conocido polvo de la superficie Lunar, esto se puede explicar por la ya mencionada falta de atmósfera, que no permite al polvo quedarse demasiado tiempo en suspensión.
En definitiva, estas y muchas más concepciones erróneas que llegan habitualmente a nuestros oídos suelen ser más producto del desconocimiento y no tanto, aunque sí se da ocasiones, de un intento de sacar provecho mediático o económico, y contra esto es nuestra función como físicos y como científicos enseñar y divulgar la verdad y, más importante aún, hacer accesible a todo tipo de públicos el poder de la Ciencia para permitirles defenderse estos engaños.
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