Tal y como os comunicamos en el Boletín de Febrero de este año, nuestros colegiados pueden publicar artículos en la revista Muy Interesante Digital gracias al acuerdo que el Colegio Oficial de Físicos ha firmado con ellos.
Nos complace presentaros el primer artículo publicado, cuyo autor, José Luis Gutiérrez Villanueva, colegiado nº 5258, es Dr. en Físicas y especialista en Radón, y forma parte de la Comisión de Radón y del Equipo de Comunicación del COFIS.
A continuación os presentamos un breve resumen, a modo de introducción, del artículo publicado.
La radiactividad: una presencia constante en nuestras vidas
El artículo de Muy Interesante nos invita a reflexionar sobre la presencia constante de la radiactividad en nuestro entorno. Contrariamente a la percepción común, la radiactividad no es un fenómeno exclusivo de accidentes nucleares o bombas atómicas, sino que forma parte inherente de nuestro planeta y de nuestra vida cotidiana.
Radiactividad natural vs. radiactividad artificial
Es fundamental distinguir entre la radiactividad natural y la artificial. La primera, presente desde el origen de la Tierra, emana del núcleo del planeta y de elementos como el uranio, el torio y el potasio, presentes en rocas y minerales. La segunda, en cambio, es producto de la actividad humana, como la generación de energía nuclear o el uso de radiación en medicina.
Fuentes de radiactividad natural
Gas radón:
Este gas radiactivo, producto de la desintegración del uranio, se encuentra en el subsuelo y puede filtrarse en viviendas y edificios, convirtiéndose en una de las principales fuentes de exposición a la radiación.
Alimentos:
Algunos alimentos, como los plátanos, contienen potasio-40, un isótopo radiactivo natural.
Radiación cósmica:
Los rayos cósmicos provenientes del espacio exterior también contribuyen a la radiación ambiental.
Impacto en la salud
Si bien la exposición a altos niveles de radiación puede ser perjudicial para la salud, causando cáncer y otras enfermedades, la exposición a bajos niveles de radiación natural es inevitable y, en general, se considera segura. No obstante, es importante tomar medidas para minimizar la exposición al gas radón en interiores, ventilando adecuadamente los espacios.
La radiactividad en la vida cotidiana
La radiactividad tiene múltiples aplicaciones beneficiosas en nuestra vida cotidiana, como en la medicina (radioterapia, diagnóstico por imágenes), la industria (datación de materiales, control de calidad) y la investigación científica.
Conclusión
La radiactividad es un fenómeno natural que forma parte de nuestro entorno. Si bien es importante ser conscientes de sus riesgos y tomar medidas para minimizar la exposición a niveles elevados, también es fundamental reconocer sus múltiples aplicaciones beneficiosas. En definitiva, la radiactividad es una fuerza que ha moldeado nuestro planeta y que continúa influyendo en nuestras vidas de maneras diversas y, a menudo, inadvertidas.
Puedes ver el artículo completo en este enlace.